Publicado el 10 octubre, 2011 por JUALPEAC

El pasado 6 de octubre, en las prestigiosas instalaciones de la Universidad Monte-Ávila, se llevó a efecto un significativo acto donde se congregó un grupo de integrantes del Sector Acuático Nacional, con la notoria, sempiterna y lamentable ausencia de los organismos oficiales rectores de la actividad.

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Al aprovechar la oportunidad de agradecer a Gustavo Omaña, el haberme permitido participar como ensayista en esa importante obra, quiero hacer un recuento de la importancia que dicho acto representa.

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Hace 10 años, tuvimos el histórico honor de comenzar el proceso de transformación del Sector Acuático Nacional, con Marcial González Castellanos al frente del timón de la Marina Mercante Nacional. Dicho esfuerzo solo fue posible gracias a la decidida participación de todos los que hacemos vida en el Sector.

 

En una encomiable demostración y un completo sentido institucional y democrático, logramos colocar a Venezuela a la vanguardia de los países marítimos del mundo. La figuración de Venezuela en foros como la Organización Marítima Internacional (OMI), La Comisión Interamericana Portuaria de la Organización de Estados Americanos (CIP-OEA), el Comité Andino de Autoridades de Transporte Acuático (CAATA), la Red Operativa de Cooperación entre Autoridades Marítimas de Suramérica, México y Panamá (ROCLAM), entre otras, es motivo de elogio internacional.

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Venezuela se convirtió en punto de referencia en cuanto a su legislación marítima. Sin incluir otras variantes, el marco legal que actualmente nos rige, cubre con creces las expectativas de los inversionistas nacionales y foráneos, sobre la seguridad jurídica que respalde sus intenciones de colocar capitales, medios y recursos en el País.

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